Recordamos a la poetisa Concha Zardoya .
BIOGRAFÍA
Concha Zardoya fue una poeta chilena nacida en Valparaíso el año 1914 y afincada en España en junio de 1932, a los diecisiete años, se trasladó con sus padres en España, primero en Zaragoza, luego en Barcelona y más tarde en Madrid.
En Madrid, Concha estudia Filosofía y Letras del 1934 a 1936, pero abandona los estudios cuando estalla la guerra civil. Trabaja entonces en Cultura Popular, institución que organizaba bibliotecas y actos culturales para soldados en los frentes, obreros, hospitales y fábricas, y en la radio.
Su único hermano, Alfonso, fallece en la guerra y ella comienza a escribir poemas, que publica en Hora de España. A principios de los cuarenta, decide volver a Madrid, y se dedica a dar clases y hacer traducciones. Escribe Cuentos del antiguo Nilo, prólogos de obras clásicas, guiones de cine, y las series de Lecturas juveniles bajo el nombre de Concha de Salamanca.
Vuelve a sus estudios como estudiante libre y se licencia en Filología Moderna en el 47. Ese mismo año obtiene el accésit al Premio Adonáis con Dominio del llanto.
Al año siguiente se traslada a los E.E.U.U. Para dar clases de Literatura Española en la Universidad de Illinois. Más tarde trabaja como profesora en la universidades de Tulane, California, Yale, Indiana en Bloomington, y por último Boston.
En el 49 obtiene la Primera Mención Honorífica del Premio Catá de Cuentos en La Habana. Regresa definitivamente a España en la década de los 70 a vivir a Madrid, donde escribe la mayor parte de sus obras. Y un 21 de abril de 2004 fallece.
Premios
Fue ganadora de múltiples premios a lo largo de su vida 1955 obtiene el Premio Boscán de Poesía por Debajo de la luz , en el 75 el Premio Fémina de Poesía con El corazón y la sombra. En 1980 gana el Premio Café Marfil de Poesía con Ritos, cifras, y evasiones , tres años más tarde obtiene el Premio Ópera Óptima con Manhattan y otras latitudes. En 1988 recibe el Premio Prometeo de Poesía.
Desnudo Casi
Desnudo casi,
¿mirando lo que escribo
ante tus ojos?
¿Aquel lejano
punto que te miraba a ti,
luminosa pupila
que entonces te veía
desde su oscura cámara
para que yo pudiera
hoy contemplarte
con íntima ternura
de renovada infancia?
No importe que yo dude:
tú me sonríes. Basta.
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